¡ERES!

Renunciamos a lo que verdaderamente somos por tan sólo unos cuantos ceros a la derecha, como si fuesen cifras alentadoras, como si la vida se basara en ello, como si los días costaran menos para que un papel le diera el valor que dudosamente se merece…

Aquel que no es más que tú, ni mucho menos, cuestione sin razón alguna tu hacer, tu pensar, irracionalmente se llena su boca del «usted, usted, usted» pues su soberbia es quien decide y elige, quien lo hace «persona», si, entre comillas; por ello, la desidia cada vez más contagia a aquellos que ven pasar sus vidas envueltos en un teclado, en escasos 4 metros cuadrados de espacio, pantallas brillantes, entre ires y venires de correos, reuniones, llamadas, vida que no es vida para muchos, para pocos quienes se conforman, pues sus sueños ni en las noches al dormir llegan…

Las aves cantar, la brisa, la lluvia, el radiante sol, el agua correr, ¿cómo me vas a decir que la vida se basa en cuántos bienes tienes? Cada quien vale por lo que es, por lo que piensa, por lo que desea, no valemos por una moneda, la misma que se desprecia de la noche a la mañana… aquel papel que se rompe, se convierte ceniza, aquella moneda que se oxida, que se deteriora, no valdrán más que miles de deseos, que tus recuerdos…

Soltarse, correr, respirar, sumergirse, caminar, avanzar sin parar  y creer que somos más que un itinerario de órdenes, pues mira hacia la ventana y sólo detente un instante, si, aquello que viste es vida, aquello que se te escapa lentamente…
Si sueñas, sientes, vives sin duda alguna ERES!